jueves, 6 de enero de 2011

Pocos están ahí siempre...

Siempre sacamos pecho de los 500 amigos que tenemos en el tuenti o en el facebook, como si eso fuera algo de lo que estar orgulloso. A la hora de la verdad, muy pocas personas te ayudan y menos se mueven por ti. La ayuda, en muchos casos, te la dan para poder tener algo a cambio algún día, cosa que hace que eso deje de ser amistad. ¿A qué quiero llegar con esto? Pues, a que, en el fondo, la verdadera amistad está ahí, y no es por conveniencia ni estatus, sino por, de alguna manera, amor.


Claros ejemplos vivo en mi día a día, rodeado de falsedad y de apariencias engañosas. "Mejor no fiarse" dicen algunos, y, amiga, empiezo a pensar que puede que algo (o más que solo algo) de razón tengan. Me niego a creer que la gente cercana en realidad no lo sea, y siempre me he negado y he creído en la gente, pero, si estoy escribiendo este blog y me siento de esta manera, será que en parte me están obligando a hacerlo. No estoy a gusto, no me divierto (menos con la gente que realmente está ahí, con esos sí).

Si alguien está leyendo esto, si alguien se siente igual, actúa, haz algo, cree en ti, yo lo intento, espero que algún día funcione y sea realmente feliz.

"Lo que no cambia se estanca" dice A. Jodorowsky, entonces, nos toca cambiar, salir ahí fuera y buscar, quizá en algún rincón de nuestra ciudad, de una ciudad vecina, quizá en un libro, en una pintura, en una clase, quizá encontremos la felicidad.

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